La historia del Club se remonta a 1937. En la planta baja estaba el buffet y detrás de él había tres mesas de billar. Cuentan los socios más antiguos que se hacían partidos de fútbol en cancha chica y en la planta alta había un gimnasio donde algunos días había danzas para chicas y otros días judo para varones. Obviamente siempre existió el rinconcito para un partido de truco ocasional, espacio que aún se conserva. Las Memorias del Club dan cuenta de la existencia de torneos de ajedrez.
Dada la extensión del radio de la parroquia Santísima Trinidad, también se les dio un espacio para que los pibes del barrio hagan el curso de la primera comunión en el club.
Pero la rutina habitual se rompía en época de Carnaval con sus famosos “8 bailes 8” en los que cantó un vecino famoso: Don Roberto Goyeneche. La concurrencia era tan importante que allá por 1960 no dudaron en techar el patio para que la lluvia no malogre los bailes. Pero la gloria del club se fue eclipsando hasta llegar a su punto crítico con la crisis del 2001.
Para lograr reverdecer al club se firmó un contrato con el club Platense que no dio los frutos esperados. En 2005 se firmó, siempre con la mejor intención, un contrato de concesión con un bufetero que estuvo al borde de sentenciar la defunción del club.
La historia, a partir de esa fecha, bien podría ser contada en una película, a modo de continuación de Luna de Avellaneda para responder a la pregunta que el autor pone en boca del personaje encarnado por Ricardo Darín: “¿cómo se hace un club?
Solamente quedaron como socios los más comprometidos que decidieron dar la batalla legal y también la deportiva. Dado que una buena parte de la masa societaria comprometida con el problema practicaba el ajedrez, se decidió encarar esta nueva etapa con foco en ese deporte e iniciando primero una escuela de niños y luego una de adultos. A inicios de 2011 el Club se afilia a la Federación Metropolitana de ajedrez y sus socios practican activamente ese deporte representando al Club Mariano Moreno. En las instalaciones del club se organizan torneos válidos para el ranking argentino y también algunos válidos para el ranking internacional.
Mientras algunos socios se ocupaban de la batalla legal –que a la postre se ganó en 2013-, en el año 2012 se incorporan varios socios que desean reanudar la actividad de billar. Para ello se reacondicionan mesas y con el espacio confortable se produce la incorporación de una importante cantidad de socios que practican ese deporte. Tanto en ajedrez como en billar, hoy día se realizan competencias internas y también dentro del marco federativo.
El presente es auspicioso dado el número de socios y las escuelas formativas que el club posee que nos anima a pronosticar un crecimiento progresivo de ambos deportes. El Club abre sus puertas todos los días del año.